En el nuevo capítulo de violencia y videojuegos, Marcus Evans Jr., diputado del Partido Demócrata de Illinois, apunta directamente a los videojuegos como una de las posibles causas de la oleada de violencia que está teniendo lugar en Chicago durante las últimas semanas. Y quiere tomar medidas para solucionarlo. Por eso, está preparando una propuesta de ley para reformar el código penal del estado, actualizando un documento de 2012, en el que se alcanzan multas de hasta 1.000 euros para quienes vendan videojuegos violentos a menores de edad.
Esta reforma, que sería la HB3531, tiene como objetivo modificar la descripción de videojuegos violentos, para incluir a todos los que contengan: "daño psicológico y abuso de niños, abuso sexual, abuso animal, violencia doméstica, violencia contra las mujeres o robo de vehículos a motor con un conductor o pasajero presente dentro del vehículo cuando el robo comienza".
Aunque hay partes de la descripción que parecen ir directamente centradas en juegos como GTA V, Evans indica en una entrevista a ComicBook que no pretende apuntar a ninguna marca en particular. Afirma que la idea es la "prohibición de todos los videojuegos violentos, en general, porque hay muchos videojuegos de dichas características".
El político menciona a todo lo que está ocurriendo en Chicago y está tratando de poner solución: "como represento a estas personas, quería hacer algo para incitar a una conversación, logrando que la gente se pare a pensar en alguno de los problemas que ocurren en la ciudad, y que podamos trabajar juntos para resolverlos".
Evans está convencido que merece la pena tener un debate al respecto para intentar ponerle fin a la situación. "Todo lo que consumimos nos afecta: música, comida... quizás los videojuegos violentos lo hagan. Por eso debemos tener esta conversación. Quiero hacer un llamamiento a la comunidad gamer para que ayuden a resolver este y otros problemas de la comunidad".